La compra de ropa es uno de los principales gastos en una familia, por lo que no extraña que luego de pagar por uniformes, atuendos adecuados de trabajo, prendas de temporada y uno que otro capricho de la moda, tu cartera termine en la ruina. Aprende a comprar ropa sin despilfarrar de la manera adecuada y verás que nunca más te volverás a sentir culpable por verte –y hacerlos ver- bien todo el tiempo.
Calcula el valor de las prendas
Muchas personas tenemos la errónea idea de que el valor de una prenda es igual a la cantidad de dinero que pagamos por ella. El punto es que este es un cálculo que no se realiza de esa forma y por eso nunca aprendemos a comprar ropa.
El valor de una prenda se calcula por el uso que se le dará. Esto quiere decir que debes pensar en que tan frecuentemente usarás una pieza para saber si vale la pena pagar por ella. Considera que no importa que compres algo lindo y de buena calidad a un bajo precio si al cabo, nunca te lo pondrás. En ese caso habrás perdido dinero sin propósito alguno tal y como si lo hubieras extraviado yendo en el metro.
Recuerda que la relación calidad-costo al comprar ropa siempre es relativa
Hay basura que cuesta mucho y joyas que puedes tener por menos de $100 pesos, es por eso que la cuestión calidad-precio es completamente relativa. Para dar en el clavo al comprar ropa para ti y tu familia, compara y dedícate a la tarea con cuidado. Hay tiendas económicas de ropa genérica que venden cosas de calidad y buen diseño a precios muy bajos. También vale la pena revisar los outlets de rebajas y desde luego, los tianguis de ropa y las famosas "pacas" de los mercados tradiciones, donde se encuentra de todo siempre por debajo de su costo real.
Di NO a las tallas miniatura si quieres comprar ropa sin despilfarrar
Nunca, bajo ningún concepto, compres ropa más pequeña de la que necesitas, ni siquiera si estás pensando bajar de peso o si planeas tener un nuevo bebé que usará lo que le quede justo a los hermanos mayores.
Está comprobado que la ropa pequeña o demasiado justa se queda olvidada en los roperos de la gente. Eso no se debe a que te falte la voluntad necesaria para bajar de talla, sino a que simplemente no estás comprando LO QUE NECESITAS. Cuando se trata de niños, mucho menos debes adquirir prendas pequeñas o justas, ya que con suerte sólo te darás el gusto de vérselas puestas una sola vez.
Aprende a distinguir la calidad
Antes de desembolsar por una prenda, lo mismo que por un par de zapatos, un bolso, una mochila escolar o un abrigo de invierno, revisa que las costuras estén rectas y se vean parejas, seguras y no tengan secciones sueltas. Fíjate en si la sensación al tacto que la tela produce es agradable en la piel y comprueba que los cortes de las piezas que componen la silueta sean simétricos y estén bien alineados. Cuida también que los botones, cierres y broches sean de calidad y vengan correctamente colocados. Si no es así, no compres, porque llevarás basura que te durará el día y la víspera.
Pregúntate si hay conveniencia en la compra
Sucede mucho que, sin notarlo, compramos ropa que necesita cuidados especiales y limpieza en seco que sólo se hace en tintorerías. Eso es un lio, particularmente si se trata de prendas que se usan seguido (a diferencia por ejemplo de los abrigos de invierno o la ropa formal de fiesta que no te pones constantemente). Trata de comprar ropa que se pueda lavar en casa a mano o en lavadora sin que se dañe o encoja.
Cuida cada pieza y no dudes en hacer las reparaciones que sean necesarias
Lava las prendas delicadas a mano, utiliza productos para desmanchar sin cloro que no deslaven el color y seca todo al aire libre bajo sombra. Repara las roturas menores en las prendas que usas seguido y busca un sastre o costurera que te ayude con asuntos más complejos como los ajustes, la colocación de cierres y remaches y las modificaciones en la silueta de las prendas. Todo se vale con tal de sacar jugo a lo que ya compraste sabiamente.
Deja que las últimas tendencias permeen el mercado
Por si no lo sabias, las tendencias que rigen el mundo de la alta moda se permean más tarde que temprano al mercado de consumo básico, así que probablemente no valga mucho la pena comprar ropa costosa sólo por el diseño particular o el color, ya que en menos de lo que esperas encontrarás lo mismo por un menor precio. La clave aquí es no hacer compras por impulso ni sucumbir a la tentación.
Invierte en materiales duraderos, otra manera de comprar ropa sin despilfarrar
Las telas confortables como el algodón 100%, las mezclas cuidadas que contienen fibras naturales combinadas sintéticas de buena calidad, el cuero natural y la lana pueden tener un precio más alto, pero vale la pena pagarlo porque garantizan comodidad, seguridad y durabilidad, así que tenlo en cuenta.
Sigue la regla de los acentos
Compra prendas básicas en colores neutros como es beige, café, blanco, negro, gris y azul marino y luego combínalas con detalles en color. Las prendas básicas son las que puedes usar sin necesidad de utilizar algo más o las que puedes empatar con todo. Esto quiere decir que son pantalones de dama y caballero, vestidos, faldas y chaquetas, suéteres, abrigos y hasta los zapatos de uso diario.
Los acentos los puedes poner con accesorios como son chalinas, corbatas y bolsos, pero también con camisas y blusas. Estos detalles los puedes elegir en cualquier color si ya tienes prendas básicas en tonos neutros que van bien con todo. Esta es la razón por la que comprar unos zapatos verdes o un pantalón rojo solo planteará problemas de estilo (y a la larga, de presupuesto).
No satures tu ropero
Tener mucha ropa sólo quita tiempo. Mantén los roperos de tu familia a un tope moderado con prendas que de verdad usen y disfruten ponerse. El resto regálalo o véndelo en un bazar y haz lo posible por no volver a acumular.
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