La mayoría de nosotros, no nos preocupamos demasiado o no nos tomamos el tiempo necesario en pensar en los motores de nuestros vehículos. Solo nos montamos en el automóvil, le damos vuelta a la llave y comenzamos a manejar a donde sea que vayamos.
Solo pensamos en ello cuando escuchamos algún ruido extraño o notamos un olor a quemado que proviene de dentro del motor y decidimos chequear si algo anda mal, bien sea por cuenta propia o con la supervisión de un mecánico.
Los motores necesitan de cuidado constante. De vez en cuando necesitan ser revisados y deben ser sometidos a mantenimiento para mantenerlos en las mejores condiciones de funcionamiento posibles. Para ayudarte a proteger tu motor y evitarte el desarrollo de futuros problemas, te presentamos algunos consejos que puedes seguir sin necesitar conocimientos de mecánica.
Cambia el aceite con regularidad
Cambiar el aceite es una de las tareas más importantes que debes llevar a cabo para lograr proteger tu motor y mantenerlo en buenas condiciones. El aceite mantiene lubricadas las partes vitales de tu motor con el fin de que no se sobrecalienten.
Tu motor no puede funcionar si no le suministras las cantidades adecuadas de aceite y si no lo cambias con frecuencia le podrías causar daños a largo plazo a tu vehículo.
Mantén en funcionamiento el sistema de enfriamiento
Aparte de las bondades del aceite, hay otro componente del motor que permite mantenerlo estable, y es el sistema de enfriamiento. Este sistema incluye el radiador, el termostato, la bomba de agua y el refrigerante.
La mejor forma de proteger tu vehículo del recalentamiento es asegurándote de que tienes la cantidad adecuada de refrigerante, circulando a través de toda la estructura del motor de tu vehículo.
El refrigerante circula a través del motor cuando el termostato determina que el motor se está calentando y necesita ser enfriado. La bomba de agua sube el refrigerante desde el radiador, luego lo envía a la estructura del motor y, por último, de nuevo al radiador para ser enfriado.
Con el fin de proteger tu motor, asegúrate de revisar constantemente los niveles de aceite y refrigerante. Si por casualidad notas que el motor se recalienta y los niveles de refrigerante y aceite lubricante están bien, dirígete de inmediato al taller mecánico.
Mantén el motor respirando
Imagínate que te estás preparando para un maratón. Haces ejercicio, corres todos los días, comes bien y le das a tu cuerpo la adecuada cantidad de descanso. Pero cuando por fin llega el día del maratón olvidas realizar la actividad más importante: respirar. Los carros también necesitan de un flujo constante de aire.
Además del combustible, el aire es uno de los mejores componentes a tener en cuenta para proteger tu motor. El aire necesita fluir sin tener restricciones de escombros u otras partículas que puedan detener la constante fluidez de aire.
Los filtros de aire mantienen fuera de tu motor toda clase de obstáculos como insectos, hojas secas o partículas del exterior. Con el tiempo, estos filtros se pueden ensuciar y necesitar de limpieza o ser cambiados. Dependiendo de tus hábitos frente al volante o las condiciones de las vías, el filtro de aire puede o no durar mucho tiempo.
Revisa que no haya derrames
No se necesita ser un mecánico experto para revisar si hay o no derrames de algún tipo que emanen desde tu vehículo. A veces ni siquiera es necesario que los veas, sino que también los puedes oler. El aceite y el refrigerante son los dos principales líquidos que no quieres que se boten fuera de tu automóvil.
El recalentamiento y la alta presión pueden hacer que las mangueras de la estructura del motor comiencen a fallar. Las viejas mangueras de goma del motor pueden romperse y hacer que el líquido no fluya con normalidad y termine en derrames.
Otras partes que también suelen estar propensas a derrames son las uniones con sellos de goma o silicón. Siempre es una buena idea revisar, aunque sea por encima, el motor de tu vehículo.
Cuando estaciones revisa la parte de abajo de tu auto, pon atención al suelo y busca posibles derrames de líquido. Si pones atención en esta pequeña falla ahora, puedes ahorrarte muchos dolores de cabeza en el futuro.
Llena el tanque de gasolina antes de que se vacíe por completo
El combustible tiene una pequeña proporción de sedimentos que se estancan en el fondo del tanque de gasolina.
Luego de muchos años manejando puede haber una gran cantidad de sucio acumulado que puede llegar a causar daños en la parte interna de tu motor, sobre todo en el filtro del combustible, lo que podría causar que tu motor tenga que esforzarse más para realizar ciertos trabajos, consuma cada vez mayores cantidades de combustible y se acorte su vida productiva.
Mantén tus correas arriba
No nos referimos a un código de vestimenta establecido, sino a una parte esencial de la estructura de tu motor. La función de una correa puede variar de un vehículo a otro, pero algunas de sus principales responsabilidades tienen que ver con el correcto funcionamiento del ventilador, la bomba de agua, el alternador y aire acondicionado.
Para proteger tu motor debes revisar las correas del sistema constantemente ya que a pesar de que suelen durar mucho tiempo, estas se encuentran moviéndose siempre y pueden llegar a romperse o moverse de sitio.
Esperamos que estos consejos sean de mucha ayuda al momento de mantener tu vehículo en óptimas condiciones. También debes tener en cuenta que siempre es mejor consultar con un experto al momento de tomar una decisión sobre qué hacer frente a una falla, ya que quién más que el mecánico para saber específicamente lo que tu vehículo necesita.
Sin embargo, como ya te habrás dado cuenta, tú también puedes adelantar el trabajo por tu cuenta, tomando ciertas previsiones y revisando las condiciones de tu automóvil con frecuencia, previniendo cualquier avería que pudiese causar problemas futuros para tu vehículo y para tu bolsillo.
